Después de 60 años de labor al servicio de la educación de los jóvenes del pais, deseamos transmitir en el presente y preservar en el futuro los principios que consideramos forman parte de la memoria y del espíritu que ha animado la acción del IER.

Esperamos que el sentido profundo de estos principios permanezca vivo en el conjunto de la comunidad educativa IER.

Inspiración Cristiana

1.- El IER es una institución de inspiración cristiana

Por su origen, por el propósito de responder a las necesidades de formación y educación que la Juventud Agrícola Católica (JAC) percibía entre los jóvenes rurales. y por la fe y convicción de quienes participaron en su fundación y posterior desarrollo, el Instituto es, ha sido y será una fundación inspirada en los valores  del evangelio.

En la Jornada para los profesores del IER de Santa Ana y Malloco en 1957 don Rafael Larraín, entonces Director del IER, les decía:

“El IER nació de la JAC porque las condiciones económicas, sociales y culturales del campesino
eran muy bajas y el campesinado era muy pasivo, lo que hacía muy difícil la aparición de militantes.”

“Cuando la JAC notó que las condiciones de vida del campo
requerían cambios de estructuras fundamentales dio paso al IER.
El espíritu del IER es cristiano y debe conservar esa orientación.
Nació como una base natural para lo sobrenatural.”

 

El vigor del compromiso inicial fue de raigambre evangélica y eclesial y su espiritualidad nació de una fe madura y personal en Jesucristo y de un profundo sentido apostólico y de transformación social.

El IER, desde su nacimiento, buscó ser fiel a la idea de promoción y dignificación de la vida rural.  En este sentido, tanto la Juventud Agrícola Católica como el Instituto de Educación Rural, fueron alegres sembradores de esperanza cristiana centrada profundamente en la persona de Jesucristo.

Su misión permanente ha sido la formación integral de jóvenes campesinos con sentido social y apostólico al servicio de su propio medio.  Este compromiso dio abundantes frutos y el campesinado progresivamente se transformó en protagonista de su propia promoción. Fueron numerosos los espacios e instancias de participación que se crearon y en los que un buen número de dirigentes de esas organizaciones se habían formado en las Centrales del IER.

El cristiano cree en un Universo en evolución, siempre ascendente porque viene de Dios, y Este lo llama a la perfección creciente.  El cristiano cree  en la ascensión de lo humano y en la búsqueda de la perfección.  Los cristianos somos gozosos participantes del glorioso crecer de la Humanidad y la Creación.

El compromiso evangélico del IER es un compromiso con los más necesitados, con los postergados de esta sociedad, específicamente con los hombres y mujeres que se desenvuelven en la vida rural.  Este servicio preferencial no es excluyente, siempre apoyará y promoverá las aspiraciones de superación de quienes soliciten sus servicios.  En este sentido, tanto para recibir colaboración como para servir en el ámbito de la educación, tienen plena validez las palabras de don Rafael Larraín cuando afirma: “Somos producto de una orientación cristiana pero no podemos exigir lo mismo a toda la gente con que nos relacionamos, sólo necesitamos el acuerdo con la línea general del IER”.

El IER reconoce en la educación una mediación privilegiada para la evangelización y la promoción humana integral, estamos convencidos de que no puede existir educación si no se piensa en mejorar las condiciones de vida de las personas y su entorno socio-cultural.  El IER  está abierto a servir a todos sin distinción, respetando la libertad de conciencia del ser humano.

La inspiración cristiana se reconoce por sus frutos: respeto por el prójimo, sentido de justicia, servicio desinteresado, generosidad y solidaridad, apertura ante los nuevos signos de los tiempos.

Queremos contribuir con esperanza, según nuestras fuerzas, al advenimiento de una forma mejor y más humana de vida en común.

Educación Integral

2.- El IER es una institución de educación y servicio a la promoción integral de la vida rural

El IER promueve el Desarrollo del mundo rural mediante la Educación, procurando que cada persona se convierta en promotor de su propio proceso de crecimiento personal y social.

Día a día con realismo y reconociendo su debilidad ha acompañado al campesinado a despertar individual y socialmente, a formarse, a desarrollar sus valores, a elevar su autoestima y a ser libre. Esto, el cristiano lo hace sin condiciones. Sirve a todos, se respetan todos los pensamientos y todos los credos. Y, por esto el IER, que vive de inspiración cristiana, la Iglesia lo estima como legitimo fruto de su espíritu respetando su independencia en su acción educadora.

La educación en su riqueza y en su complejidad es un fenómeno exclusivamente humano. No es mera apropiación de contenidos, sino que es un proceso que exige coherencia ética y una visión integral del hombre, de su dignidad, orientando los cambios hacia mayores cuotas de humanización.

Nuestro compromiso educativo tiene una orientación doctrinaria y moral definida y clara. La educación que imparte el IER se basa y se expresa en y a través de los valores inconmovibles y perennes del cristianismo.

El IER educa desde y para la vida, respetando la originalidad y la sociabilidad de la persona humana. Este proceso educativo pone en el centro a la persona y a la familia y entrega formación para la vida, para el trabajo y para el servicio solidario, con el propósito de contribuir a la construcción de una sociedad más humana, democrática, solidaria y justa.

El IER con realismo acompaña al hombre y a la mujer rural a despertar individual y socialmente, a capacitarse en la verdad y la justicia, a desarrollar sus valores, y a ser libre recordando siempre que estamos insertos y nos desenvolvemos en un contexto socio cultural, compuesto por tradiciones, costumbres, cosmovisiones, tecnología, recursos, desafíos, necesidades e intereses y cambios acelerados.

El IER es una Institución pluralista, respetuosa de todos, acoge al hombre y a la mujer desde su realidad y contexto sin hacer distinciones de credos, pensamientos, tendencias políticas o razas. El IER ofrece, la oportunidad de cultivar la fe creando espacios de acompañamiento y discernimiento a quienes se sientan llamados a ella.

EL IER, consciente que el cambio es permanente, que siempre habrá algo nuevo por hacer, se esmera constantemente en leer “los signos de los tiempos”, tratando de reconocer e interpretar la dinámica de la vida rural y buscando formas para elevarla o transformarla. Tal discernimiento requiere de una adaptación a las nuevas realidades mirando el futuro, con el fin de servir mejor.

El presente y el futuro son y serán distintos a las situaciones y desafíos que se asumieron en el pasado. Muchos son los cambios que se han debido enfrentar en la historia institucional. Así por ejemplo: la ampliación de la cobertura educacional, la mayor demanda por educación y formación y las necesidades progresivas de profesionalización de los jóvenes del campo, condujo oportunamente a optar por la vía de los procesos educativos formales, transformado las Centrales de Capacitación en Liceos Técnicos Profesionales. En el futuro obviamente habrá que responder a la necesidad de crear opciones de educación continua o permanente inclusive de nivel superior. Las funciones que se localizan en el medio rural son cada vez más variadas, tanto en lo relativo a habitación, como a la recreación, turismo, procesos industriales, defensa de la biodiversidad, conservación del paisaje, además de las funciones propias del cultivo y cosecha de los recursos naturales renovables. La formación profesional que el IER ofrezca también tendrá que ser progresivamente más variada.

El IER al cumplir 50 años lee su historia y la del Chile rural con exigencia de futuro, la memoria nos fortalece para crear el porvenir. Sin embargo, como ayer, hoy tenemos la responsabilidad y el compromiso de renovar y repensar constantemente nuestra identidad, de imaginar y recrear un sueño, de concretar, construir y anticipar un ideal en forma realista.

Institución privada y Autónoma

3.- El IER es una institución privada y autónoma

El Instituto de Educación Rural, depende de su Junta de Socios Activos, la cual tiene la obligación de velar por mantener las líneas institucionales y conservar sus principios fundamentales.

La Junta de Socios está formada, por un máximo de cincuenta socios activos que se agrupan en cinco categorías, los que se reúnen en Juntas Generales que pueden ser Ordinarias y Extraordinarias.  Estas constituyen la autoridad máxima de la institución.  En la Junta General Ordinaria, que se efectúa anualmente en los meses de mayo o junio, los socios se reúnen entre otros fines, para designar de entre sus miembros a siete consejeros que son elegidos por dos años, uno de los cuales debe ser un sacerdote católico.

La Fundación es administrada por este Consejo de siete miembros, que se renueva anualmente por parcialidades de tres y cuatro miembros, pudiendo ser reelegidos indefinidamente.  El Consejo designa, de entre sus miembros,  a un Presidente, que lo será también de la Fundación, representándola con las atribuciones que le señalan los Estatutos.

La calidad de socio es conferida por la Comisión Permanente de Socios que está  compuesta de catorce miembros.  Integran la comisión los siete consejeros en ejercicio y siete socios designados anualmente para este efecto por la Junta General Ordinaria.  La Comisión tiene las atribuciones de efectuar los nombramientos de socios, señalando la categoría en que se le investirá.  Al mismo tiempo puede revocar el nombramiento como socios de aquellas personas que hayan perdido las calidades o requisitos que se exigen para ser socio activo.

Por ser una Institución que desde su fundación ha estado ligada a la Iglesia Católica, todos los acuerdos de la Comisión Permanente de Socios que se refieren a la incorporación o retiro de los socios, deben ser ratificados por el Ordinario Eclesiástico de Santiago.

La Junta de Socios es mucho más que una instancia de administración responsable de la marcha institucional.

Del conjunto de sus socios se espera que sean una comunidad sólidamente unida y espiritualmente fecunda.  Comunidad que alimentada desde su fe vele por entregar un servicio entusiasta para la promoción humana y cultural de la vida rural.  Su vocación encuentra en la educación el camino para la elevación de la condición rural.

De su interés y compromiso con el futuro de las personas, familias y comunidades rurales; del conocimiento y estudio de sus restricciones y carencias y de sus oportunidades y esperanzas; de su convicción e impulso para animar un esfuerzo sistemático de humanización de quienes viven o trabajan en contacto con la naturaleza, dependerá también la marcha y eficiencia del propio Instituto.

Independiente

4.-  El IER es una institución independiente

El recto, libre y desinteresado servicio que el IER presta a la sociedad, en especial al mundo rural, lo hace desde una perspectiva y posición de independencia, evitando lo que pueda condicionar sus criterios y acciones y lo que vulnere sus convicciones.

No obstante, respeta las ideas rectamente buscadas y valora todo intento  de mejorar las condiciones de vida de los seres humanos y particularmente de quienes trabajen y o vivan en el medio rural.

La posición política y cívica que cada alumno libremente decide tomar frente al contexto histórico y social en que vive, es de su exclusiva responsabilidad.

El IER trabaja para ver a cada persona ocupar un lugar en la sociedad con identidad y coherencia y viviendo sus valores personales y comunitarios en plena libertad.

El IER promueve la responsabilidad y la solidaridad social, y estimula la participación en la vida pública, sea ésta local, regional o nacional.  Respeta y anima a quienes dedican su vida al servicio de la comunidad y a quienes participan en organizaciones  que fortalecen la convivencia, la integración social y el desarrollo.  Su labor educativa contribuye a formar, y destaca de entre los jóvenes, a quienes asumen un sentido de servicio  activo a los demás.

El IER adhiere a los valores democráticos y busca en su labor educadora entrenar para la vida democrática, entendida como la institucionalidad abierta a la participación de todos los miembros de la sociedad en el desarrollo del bien común y de la calidad de vida de las personas, las familias, las comunidades y organizaciones.

Valora muy especialmente la participación en organizaciones rurales culturales, religiosas, vecinales, productivas o económicas, ya que la integración del campo al conjunto de la vida en sociedad ha sido una de sus razones de existir y de servir. La formación de opinión y de conciencia en torno a las nuevas preocupaciones públicas e incluso universales como es la temática ecológica y medio ambiental; la defensa de la biodiversidad, las relaciones económicas internacionales y los procesos de globalización; los progresos tecnológicos y científicos; la seguridad alimentaria; la justa distribución de oportunidades y la necesaria construcción de una convivencia humana pacífica y fraterna, son temas frente a los cuales la educación debe estar receptiva y abierta.

Sin Fines de Lucro

5.-  El IER es una institución sin fines de lucro

El IER no persigue fines de lucro.  Por lo tanto en su administración si hubiere excedentes estos se reinvertirán para los objetivos que persigue el Instituto.  La misión educativa que cumple preferencialmente a favor del mundo rural, tiene limitaciones de recursos y siempre se requerirá de una mayor expansión y del mejoramiento constante de equipos y programas.  Sus bienes tienen un destino ineludible y prioritario como es prestar el mejor servicio a los hombres y mujeres del campo y de poblados rurales.
El IER por disponer de recursos limitados, necesitará siempre una dosis de sacrificio de quienes en él trabajan, entregando con generosidad sus servicios a los más alumnos.


El IER es una institución sin fines de lucro, que ofrece educación gratuita,
sin selecciónsin discriminacióninclusiva,
y que otorga igualdad de oportunidades a todos sus alumnos.


Por su historia y por su vocación el IER atenderá, con los medios con que le es posible, a las familias más vulnerables y a los que enfrentan necesidades apremiantes en medio de situaciones de pobreza y de dolor.  Es por ello que desde sus orígenes, ha dispuesto de espacios de acogida para que los jóvenes rurales puedan permanecer mientras realizan sus estudios.

Nuestros servicios están respaldados por las subvenciones que otorga el Ministerio de Educación tanto para la educación como para la vida de los internados.  Por lo mismo nuestros servicios son gratuitos.  También el IER ha tenido una vinculación estrecha con el Ministerio de Agricultura por ser una Fundación que orienta sus servicios preferentemente en beneficio de las comunidades rurales y del progreso de la agricultura, la silvicultura, la acuicultura y de los recursos naturales renovables en general.

Después de 60 años, la labor institucional es un testimonio de esfuerzo ordenado y eficiente y por ello también reconocido por quienes nos conocen o han recibido nuestra atención y estímulo.

Como organización buscamos estar actualizados  y nos preocupa una utilización sana, transparente y racional de los apoyos y recursos que recibimos y con los que contamos por la generosidad de muchos.  Tenemos presente que el lucro no es nuestra motivación, pero sí nos mueve la eficiencia en la administración de los servicios que recibimos.

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